Los hechos narrados en el presente trabajo se desarrollan en una situación social concreta como fue el movimiento de familias, profesorado, Movimiento de Renovación Pedagógica, Servicios Concurrentes a la Educación, miembros de la Inspección Educativa…, que en la década de los 80 y desde distintas posiciones, desarrollaron una actividad social encaminada a que en Canarias se implantara la integración escolar en las escuelas ordinarias en las mejores condiciones posibles; planteando que la misma no se circunscribiera a una mera incorporación del alumnado que presentaba défi cits al sistema ordinario, sino que su incorporación suponía un cambio global en la escuela en relación al currículo, la organización, la formación y la forma de trabajar del profesorado.
Este trabajo se realiza con carácter retrospectivo, no circunscribiéndose al mero análisis documental ni a una narración literal de los hechos; intentando dejar constancia de una experiencia que se constituyó como inédita por sus características, dado que la Administración Educativa no acababa de tener una política coherente en relación con la integración escolar. Las acciones desarrolladas vinieron a signifi car que el movimiento social actuó desde una posición proactiva en relación a las exigencias de cambio y transformación de la realidad social y escolar existente. El texto también intenta refl ejar la visión que tuvieron del proceso descrito las personas que estuvieron implicadas en su implementación y desarrollo; y no elude hacer un planteamiento de lo que puede significar e implicar la construcción de una escuela y sociedad inclusiva.
Dejar constancia de estos hechos se justifica porque consideramos que los mismos constituyeron una experiencia singular de desarrollo de políticas educativas en contextos participativos de los distintos agentes implicados en la escuela, pues no hay referencias de que se hayan producido procesos similares en todo el Estado español. Lo narrado constituye un modelo atemporal, en el sentido de que viene a demostrar que los procesos participativos y de implicación activa por parte de los distintos agentes sociales son muy enriquecedores desde el punto de vista social, educativo y profesional, pues pueden acelerar sinergias de cambio, sin los cuales sería mucho más difícil o complejo que estos se produjeran si dependieran exclusivamente de la inercia institucional.
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